domingo, 17 de enero de 2010

Calentamiento Global Un Problema Etico




El calentamiento del sistema climático es inequívoco, como se desprende ya del aumento observado del promedio mundial de temperatura del aire y del océano, de la fusión generalizada de nieves y hielos, y del aumento del promedio mundial del nivel del mar

Para el IPCC, el término “cambio climático” denota un cambio en el estado del clima identifi cable (por ejemplo, mediante análisis estadísticos) a raíz de un cambio en el valor medio y/o en la variabilidad de sus propiedades, y que persiste durante un período prolongado, generalmente cifrado en decenios o en períodos más largos. Denota todo cambio del clima a lo largo del tiempo, tanto si es debido a la variabilidad natural como si es consecuencia de la actividad humana.

La mayor parte del aumento observado del promedio mundial de temperatura desde mediados del siglo XX se debe muy probablemente al aumento observado de las concentraciones de GEI antropógenos.

Este significado difiere del utilizado en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMCC), que describe el cambio climático como un cambio del clima atribuido directa o indirectamente a la actividad humana, que altera la composición de la atmósfera mundial y que viene a sumarse a la variabilidad climática natural observada en períodos de tiempo comparables.

Sobre el calentamiento global

Cristopher Monckton, el periodista y consultor que fue asesor de Margaret Thatcher durante varios años y hábil y polifacético polemista, está conduciendo en Sunday Telegraph (Telegraph News ) una apasionante diatriba, aprovechando los fallos en los argumentos acerca del calentamiento global del Informe que Nicolas Stern realizó para el Gobierno británico de Anthony Blair.

La lectura de los documentos que está generando el debate, proporciona una excelente munición para quienes deseen conocer el alcance y los intereses que afectan a la disputa técnico-socio-económica sobre la influencia de la concentración del CO2 en la atmósfera y la temperatura de la Tierra. Una discusión en la que, por supuesto, la discrepancia visceral entre los restos de la izquierda y la derecha tradicionales no están en absoluto ausentes.

Se echa de menos una discusión de parecido calado en el panorama español, a pesar de los evidentes elementos coincidentes con las cuestiones que tendrían aplicación al futuro energético de nuestro país , que tan dependiente resulta de las importaciones de materias primas.

La decisión que se adopte respecto a las fuentes de energía, las prioridades de abastecimiento, las subvenciones que se otorguen, el propio mix de producción eléctrica, es elemento clave para nuestra economía. Puesto que esa decisión se toma, además, en el contexto de fuerte penalización a las energías derivadas del carbón o del petróleo, los intereses económicos afectados tienen nombres, afectan al mercado laboral y suponen llevar a cabo negociaciones complejas para garantizar en la fiabilidad de suministros, puesto que la competencia por el producto escaso es creciente.

Los países de la Unión Europea más activos están adoptando posiciones, por ejemplo, en relación con el gas natural o la energía nuclear. En España, sería interesante conocer la opinión de organismos cualificados, no contaminados ideológicamente, plurales, y, por ende, neutrales.

La argumentación de Monckton, en esencia, contiene los siguientes elementos:

1) Las posiciones en relación con el calentamiento global son contradictorias, y favorecen intereses concretos. Las voces que argumentan que se avecina una crisis dramática si no se contienen las emisiones de CO2, cuyo incremento se relaciona directamente con el calentamiento del planeta, defienden intereses contrarios al carbón y al petróleo, pero no están suficientemente contrastadas. No existen suficientes datos para completar la serie histórica, y el gráfico más utilizado para demostrar la evolución de las temperaturas y su relación con el contenido en CO2 de la atmósfera, oculta que durante la Edad Media se produjo un incremento de temperatura muy superior al que se está registrando actualmente. Para obtener la típica (y alarmante) curva en forma de "palo de hockey" se ha ponderado erróneamente la temperatura entre los años 1000 y 1900 y, aunque se reconoció esta manipulación, se silenció hasta hace poco tiempo por sus autores y sus mentores, y se sigue ocultando esta incorrección.

2) Las energías alternativas no pueden solucionar la disminución global de los gases invernadero, salvo que se redujera de forma brutal el consumo energético, a lo que la humanidad no parece en absoluto dispuesta. La argumentada gran contribución posible de la energía eólica al mix energético, en concreto, es una falacia interesada. Sería necesario llenar de generadores un área de más de 100 km2 para producir una energía equivalente a la de una central nuclear de tipo medio. Dinamarca, uno de los países que más apoyaron hace años la instalación de aerogeneradores, ha aprobado la construcción de una central nuclear el año pasado.

3) El país más contaminante de la Tierra en la actualidad, Estado Unidos, no ha apoyado la firma del tratado de Kyoto. La contribución de los firmantes, y, en particular, de la Unión Europea, al restringir las emisiones en un entorno de producción basado fundamentalmente en el carbón y el petróleo, es limitativa de sus capacidades de desarrollo económico, insuficiente, y cínica. Las recientes declaraciones de Margaret Beckett, Ministra de Exteriores británica, animando a la India (y a China) a que renuncien a la producción de energía basada en los combustibles fósiles, son solo una muestra del cinismo y doble rasero del mundo desarrollado.

4) Científicos, comentaristas y políticos, difunden sin un propio análisis crítico, informes y datos catastrofistas, sin que sean coherentes con sus propias voces de alarma (según algunos argumentos, nuestra civilización se encontraría al borde del colapso por inviabilidad térmica, pero no se toman medidas consistentes con el argumento, pues obligaría a la instalación inmediata de centrales nucleares en alto número, o a la drástica reducción de los consumos). He leído con cuidado los informes de Stern y de Monckton y las respuestas de sus detractores y partidarios.

Calentamiento Global y la importancia del uso eficiente de la energía.

Muchas veces nos hemos enterado a través de noticiarios y diversas fuentes de información de grandes catástrofes naturales y cambios climáticos poco usuales en ciertas latitudes. Pero, ¿Hemos relacionado la ocurrencia de estos fenómenos a posibles consecuencias del Calentamiento Global?.

Comenzaré refiriéndome al origen de este fenómeno, el cual, no ha estado exento de debate, generando diversas opiniones respecto a las verdaderas causas que lo producen. No obstante, una de las principales teorías que cada vez cobra más fuerza en base a los fundamentos que la respaldan, corresponde a la influencia que ejerce el Efecto Invernadero sobre el planeta, el cual, en condiciones normales, a través de una capa natural de gases presente en la atmósfera, regula la temperatura terrestre, atrapando parte de la radiación solar que no es absorbida por la superficie de la tierra (Ver Recuadro), ya que de otro modo, las temperaturas experimentarían un descenso tal, que provocaría incluso el congelamiento de los océanos.

Sin embargo, en el último tiempo, los efectos positivos del Efecto Invernadero, se han visto opacados por la preocupación generalizada debido al aumento progresivo en las concentraciones de los gases que lo conforman,

Como podemos apreciar, el Dióxido de Carbono presenta el mayor porcentaje de contribución al calentamiento global liberado a la atmósfera proveniente de emisiones generadas por el uso de combustibles fósiles y biomasa en procesos productivos industriales y actividades domésticas, constituyendo la principal causa del aumento de las temperaturas de la superficie terrestre. En segundo lugar y con un porcentaje más bajo pero no menos importante, es el aporte de los Clorofluorocarbonos (CFF) alcanzando un 24%, cuyas emisiones provienen de los sistemas de refrigeración y aire acondicionado. Fuente: IPCC, Intergovernmental Panel on Climate Change.

Estudios científicos e investigaciones a nivel mundial revelan una directa relación entre el aumento de la temperatura de la superficie terrestre, el creciente índice de emisiones de gases invernadero provenientes de procesos industriales y los desastres naturales (Terremotos, huracanes, temperaturas extremas, derretimiento de hielos o lluvias torrenciales, incluyendo cambios climáticos y desaparición progresiva de glaciares), lo que explicaría entonces la influencia del Efecto Invernadero en este fenómeno.

En vista de los antecedentes anteriores, si bien no es posible predecir con exactitud los efectos a largo plazo del Calentamiento Global, los pronósticos en este sentido son poco alentadores: aun cuando se reduzcan las emisiones, los efectos nocivos permanecerán en el tiempo con todos los costos sociales, económicos y ambientales que esto conlleva.

Sin duda que ante estos acontecimientos, la comunidad mundial ha mostrado marcado interés por buscar las vías de solución que permitan evitar mayores impactos y consecuencias aun más graves de las previstas y que se han dejado sentir actualmente. Es así como en el Año 1997, en el Convenio Marco de Cambio Climático de la ONU, se promulgó el Protocolo de Kyoto que marca el inicio de un compromiso conjunto de los países industrializados para disminuir las emisiones globales en un 5,2%, de seis gases contaminantes de origen antropogénico que conforman el efecto invernadero, para el periodo 2008-2012; el camino no ha sido fácil ya que no todas las naciones participantes han ratificado el acuerdo o bien se han retirado.

¡Ya es un hecho! El nivel del mar sube como consecuencia del calentamiento global ¿Hasta dónde llegará el agua? Nadie lo sabe con precisión. Pero los especialistas estiman que desaparecerán ciudades costeras en los cinco continentes. Se conoce que un 80 por ciento de la población mundial vive a menos de 50 kilómetros de las costas… ¿Si sube el agua, para dónde correremos?

Prepararse para los impredecibles acontecimientos que se esperan por el calentamiento global es uno de los mayores retos que enfrentamos como humanidad. Será un nuevo escenario donde el ascenso del nivel del mar y otros efectos, modificará nuestro estilo de vida como actualmente lo concebimos.

Recientemente en el congreso del Instituto Internacional de Aguas de Estocolmo, se afirmó que “El cambio climático obliga a reinventar el desarrollo urbano” (www.jornada.unam.mx). Pero no es sólo repensar las ciudades, sino prepararnos para el posible traslado de millones de personas a otros lugares… ¿Tenemos idea lo que esto significa?

En Venezuela la mayor parte de la población se ubica en la zona costera… ¿Cuáles serán las posibles consecuencias para la Isla de Margarita, por ejemplo, si el nivel del mar sube? ¿Qué pasará con Cabimas y Ciudad Ojeda en el estado Zulia que se encuentran bajo el nivel del mar? ¿Y nuestras ciudades a orilla de playa? ¡No es cuestión de crear pánico! Pero sí de reflexionar, planificar y tomar medidas.

Ya el Ministerio del Ambiente en el 2005, publicó la “Primer Comunicación Nacional en Cambio Climático de Venezuela”. En estos momentos trabajan en la segunda comunicación que busca medir el impacto ambiental y las posibles medidas de mitigación y adaptación ¡Datos a tener presentes!

¿Por qué debemos estar atentos a los efectos del calentamiento global? Aunque nadie conoce las consecuencias finales, el fenómeno es una realidad. El calentamiento global es y será, obligatoriamente, una variable a tomar en cuenta para la planificación en muchas áreas.

Actualmente en Venezuela se planeta una nueva geometría del poder. La Misión Villanueva inicia la construcción de nuevas ciudades. Los sectores público y privado preparan y ejecutan a diario distintos proyectos. Es de preguntar… ¿Se están tomando en cuenta, estrictamente, las potenciales repercusiones del calentamiento global a la hora de planificar y ejecutar estos proyectos?

¡Es cierto! Tal vez pasen años, incluso décadas, antes de comenzar a sentirse contundentemente los efectos del calentamiento global, pero nada mejor que prevenir. Sería un gran caos, por ejemplo, que suba el nivel del mar y no tengamos ninguna opción para trasladar a la población de zonas posiblemente afectadas… ¿Nos hará correr el calentamiento global? ¡Ojalá que no!

El calentamiento global está provocando consecuencias irreparables:

· El derretimiento de glaciares;

· Sequías severas que causan mayor escasez de agua;

· Deforestación que aumenta o hace surgir desiertos;

· Huracanes, ciclones, el calentamiento hace con que se evapore más agua de los océanos potenciando estos tipos de catástrofes;

· El aumento en los niveles del mar producirá inundaciones costeras;

· El trastorno de hábitats como los arrecifes de coral y los bosques podrían llevar a la extinción muchas especies vegetales y animales ocasionado variaciones en el ecosistema.

· Olas de calor que provoca la muerte de ancianos y niños, especialmente en Europa;

· Los bosques, los campos y las ciudades enfrentarán nuevas plagas problemáticas y más enfermedades transmitidas por mosquitos.

Como evitar:

· Reduciendo la contaminación de los vehículos utilizando catalizadores en los escapes;

· Usar al máximo la iluminación natural dentro de los ambientes domésticos;

· Utilizar lámparas bajo consumo;

· Disminuir el uso de combustibles fósiles (gasoil, diesel, querosene, nafta) y aumentar el uso de biocombustibles (biodiesel, etanol)

· Instalación de sistemas de control de emisión de gases dañinos en las industrias.

· Ampliar la generación de energía a través de fuentes limpias y renovables: hidroeléctrica, eólica, solar, nuclear y mareomotriz;

· Colaborar con el sistema de recolección selectiva de basura y de reciclaje;

· No practicar deforestación ni quemadas. Al plantar más árboles, ayuda a disminuir el calentamiento global.

· Uso de técnicas limpias y avanzadas en la agricultura para evitar la emisión de carbono.

· Construcción de edificios con la implantación de sistemas que procuren ahorrar energía (uso de energía solar para calentamiento de agua y refrigeración).

Mucho es el centimetraje de prensa, el espacio en medios radioeléctricos y el tiempo en conferencias lo que se toma para hablar sobre el calentamiento global. Pero pocas veces el tema se aterriza a lo local, a las implicaciones que tiene este fenómeno en Venezuela. Y es que el asunto va más allá del aumento de las temperaturas.

El ingeniero Juan Carlos Sánchez, profesor de la Universidad Central de Venezuela (UCV) y miembro del Panel de Expertos en Cambio Climático de Naciones Unidas, dice que los riesgos a los cuales estamos expuestos como país ante este proceso, que aunque natural y necesario ha sido potenciado por la actividad humana, son inundaciones y sequías: "Las lluvias tormentosas que son consecuencia del calentamiento global, aumentan la propensión a las inundaciones, fenómeno que genera una gran cantidad de muertes y pérdidas de patrimonio; también estamos expuestos a períodos prolongados de sequía, algo que en nuestro país perjudica a la generación de energía hidroeléctrica".

La salud humana también queda expuesta con el avance del calentamiento global: "Seremos más vulnerables a brotes de enfermedades infecciosas; por ejemplo ya vemos cómo se tienden a producir brotes de dengue", subraya Sánchez, quien, de paso, participará con la conferencia "Vulnerabilidad en Venezuela", en el el foro sobre Calentamiento Global, que tendrá lugar este sábado 21 de noviembre, a las 4:00 p.m., en el auditorio de Empresas Polar, en Los Cortijos.

Este foro es promovido por la Fundación Ascenso Centro de Aventura, en conjunto con la Embajada de Canadá. Contará, además, con las ponencias del embajador de Noruega en Venezuela, del agregado cultural de la Embajada de Chile y de representantes del Ministerio del Ambiente. La entrada al foro es libre, pero los interesados en asistir deberán retirar los boletos, sin costo alguno, en la sede de Empresas Polar. Las actividades estarán complementadas por proyecciones de películas con tintes conservacionistas.

Cátedra libre en la UCV

La UCV está por convocar al inicio a la la Cátedra Libre de Cambio Climático con el propósito de elevar los niveles de información y educación, formal e informal, a fin de aumentar el grado de conciencia y empoderamiento público sobre el tema. El profesor Juan Carlos Sánchez, forma parte del comité académico y asegura que se están "cerciorando de que aportemos informaci´on debida y científicamente sustentada, porque hay mucha información circulando que no es la más apropiada, porque desorienta a las personas y porque realmente no somos muchos los que trabajamos en el contexto nacional". Ese comité académico está integrado también por expertos de la Universidad Simón Bolívar, la Universidad Católica Andrés Bello y la Universidad Metropolitana.

La cátedra estará adscrita a la Facultad de Ingeniería de la UCV y el proyecto estipula dictar dos cursillos, uno para estudiantes y uno para el público en general, ambos de no menos de 20 horas, para contribuir a difundir el conocimiento acerca del fenómeno ambiental más mediático.

Diez años después de la ratificación de un tratado de los Naciones Unidas referente al cambio climático, las emisiones de gas de invernadero de los países mas industrializados nos llevan al recalentamiento global señalando el fracaso de esos países en perjuicio de todo el planeta. Las emisiones de anhídrido carbónico subieron 11 por ciento en la década del 90, y crecerá otro 50 por ciento a nivel mundial para el año 2020. En 1997 con el Protocolo de Kyoto se acordó que para el año 2012, un grupo (38) de países industrializados reducirían sus emisiones en un promedio de 7 por ciento por debajo de los niveles del año 1990. Hasta ahora eso no lo están cumpliendo, especialmente los EEUU el mayor productor de CO2 del mundo.

Los efectos del cambio climático son desvastadores. En la actualidad las capacidades autoreguladoras de la atmósfera están siendo llevadas a sus límites y según muchos especialistas ya han sido sobrepasadas. Las soluciones a los problemas del adelgazamiento de la capa de Ozono, al calentamiento global y a las alteraciones climáticas devastadoras, no son cuestión de años, ni siquiera décadas. Es por ello que no se podrá esperar a que los efectos se hagan notorios y claros, pues seguramente para ese momento ya será muy tarde para actuar buscando soluciones ante las consecuencias irreversibles. Venezuela colabora con la producción de ozono de manera importante con el conocido Relámpago del Catatumbo, el cual actúa sin parar todos los días y noches.

¿Cuáles son estas consecuencias del cambio climático mundial?

Dentro de los efectos de los cambios climáticos especialmente para la región del Caribe donde se encuentra Venezuela podemos señalar los huracanes, las marejadas, la alteración de las estaciones climáticas y en especial el efecto del “niño” y la “niña” que involucra sequías prolongadas o fuertes inundaciones por una concentración de lluvias excepcionales, los terremotos, los deslaves y derrumbes, los incendios.

Los huracanes son tormentas fuertes que se forman en el mar y tienen vientos con velocidades de 119 km/h y más. Los huracanes son detectados por satélites desde el momento en que comienzan a formarse y por ello generalmente hay una advertencia 3 ó 4 días antes de que empiece la tormenta. Un huracán cubre un área circular de entre 320 y 770 km de diámetro. En la tormenta hay vientos fuertes y lluvias que rodean al "ojo del huracán" central, que tiene unos 24 km de diámetro. Los vientos de un huracán a veces pueden llegar hasta 320 km/h. Sin embargo, el mayor daño a la vida y a la propiedad no es resultado del viento, sino de la subida de las mareas y las crecidas torrenciales. Un huracán es una tormenta tropical con fuertes vientos que circulan alrededor de un área de baja presión. Cuando la velocidad de los vientos llega a las 119 km por hora, la tormenta se clasifica oficialmente como un huracán.

Las bandas espirales de vientos y lluvia que forman un huracán se pueden extender por cientos de kilómetros desde el ojo o vórtice (es un área relativamente tranquila). Cuando los huracanes llegan a aguas cálidas (por ejemplo las aguas del caribe) entonce ese huracán crece en peligrosidad. Así lo vimos recientemente con el huracán Ivan que afectó seriamente a Haití, Jamaica y muchas islas del Caribe, además de afectar a las costas de Venezuela. Cuando la tormenta llega a tierra firme, puede engendrar tornados en sus orillas. La parte más peligrosa de un huracán es, sin embargo, la marejada ciclónica, una gigantesca columna de agua marina, impulsada por el viento, que inunda la costa cuando el huracán entra a tierra. Incluso si la tormenta llega a tierra firme durante la marea baja, el nivel del agua puede subir unos 6 metros cerca de la costa, aunque en casos extremos pueden llegar a 13 metros.

En Diciembre de 1999, fuertes lluvias produjeron un deslave en el Edo Vargas de Venezuela, y produjo mas de 20,000 muertos y desaparecidos aparte de enormes pérdidas materiales. Usualmente, las fuertes lluvias que forman parte del huracán causan serias inundaciones mientras la tormenta se va adentrando en tierra firme a esto hay que añadir que pueden crear olas de hasta 18 metros de altura. D Los huracanes que afectan los territorios caribeños, y últimamente han afectado la parte Norte de Venezuela y en especial las zonas costeras. La temporada de huracanes comienza oficialmente en Junio y termina en Noviembre.

Por otro lado, el incremento del nivel del mar (entre 1 a 3 cm al año) por el descongelamiento de los glaciares, afectará indudablemente a las regiones pobladas ubicadas cerca del mar. Además de estos efectos, la geotéctónica se afecta al generarse desequilibrios por las cargas gravitacionales sobre los lechos marinos, donde el espesor de la corteza terrestre es menor que en los continente. Atendiendo los movimientos regulares de las placas tectónicas y la isostasia, esas variaciones del nivel del mar pueden producir incrementos de esos movimientos con los consecuentes desplazamientos de las fallas de borde de placas, que producen terremotos y vulcanismo en la zonas de subducción. El vulcanismo en la placa del Caribe se ubica al Oeste en los países de América Central y México. El vulcanismo al Este es el arco de las Antillas Menores. No obstante hemos visto recientemente reactivación de algunos volcanes en Colombia y Ecuador, vecinos a la placa tectónica del Caribe. También en el cinturón orogénico terrestre ha incrementado la actividad de algunos volcanes y sismos. Algunos de esos terremotos especialmente los que ocurren en Japón, han producido (años atrás) tsunamis que consisten en hundimientos de la corteza terrestre que provocan una gran ola de mas de 30 mts de altura, que viaja miles de kilómetros y afecta costas lejanas como Chile y las islas del Pacífico Sur.

¿Cómo podemos evaluar la amenaza, vulnerabilidad y riesgo de cualquier desastre natural tal como huracán, inundación, terremoto, deslave, etc?

Independiente de las incertidumbres del fenómeno a considerar (inundación, huracán, marejada, terremoto) o del conocimiento que tengamos de ese fenómeno, la cuantificación de la Amenaza o Peligro debe hacerse en términos probabilísticos.. Suele expresarse como la probabilidad de una variable aleatoria X que exceda a un valor Xo en un lapso de tiempo t. Así tenemos: P (X > Xo / t)

La variable aleatoria X puede ser algún parámetro que caracteriza la intensidad del evento considerado, por ejemplo: velocidad del viento para los huracanes, intensidad de lluvia medida en m.m., altura de las olas, aceleración del terreno cuando hay un temblor. Entonces la Amenaza o Peligro de tal o cual fenómeno es la probabilidad de excedencia del parámetro que identifica al evento considerado, en un lapso de tiempo determinado (usualmente es anual). La inversa de la probabilidad de excedencia anual es el período de retorno del evento considerado. Ahora, la función probabilística a considerar está en función de la cantidad de datos disponibles. Cuando hay muchos datos se usa el modelo de Gauss o distribución Normal. Cuando son eventos escasos como los terremotos, se utiliza la distribución de extrema de Poisson. La decisión de cual utilizar corresponde a los expertos que laborarán en esas cuantificaciones.

Resumiendo, se denomina Peligro o Amenaza la probabilidad de que ocurra dentro de un período específico de tiempo y dentro de una zona determinada, un evento sísmico de una intensidad determinada. Se denomina Vulnerabilidad de zona geográfica, edificación, etc, al grado de daño debido a la ocurrencia de un movimiento sísmico de una intensidad determinada. Entonces definimos el Riesgo como la consecuencia de la combinación del peligro o amenaza y la vulnerabilidad según se expresa en la siguiente igualdad:

AMENAZA o PELIGRO x VULNERABILIDAD = RIESGO

Entonces el Riesgo se incrementa con el factor de vulnerabilidad, considerando que el peligro es un fenómeno natural que no puede ser eliminado o reducido. La determinación del riesgo se realiza sobre la base de las proyecciones de las clases de daños para los diferentes tipos de áreas geográficas, edificaciones, o lo que se vaya a estudiar. Usualmente se clasifica el riesgo así:

Riesgo Alto.: Tendrán probablemente grandes daños.

Riesgo Medio: Tendrán daños moderados.

Riesgo Bajo: Probablemente no sufrirán daños o sufrirán daños leves.

¿Cual es la situación de Venezuela ante las consecuencias de los cambios climáticos mundiales?

Venezuela está ubicada en el Norte de la América del Sur y pertenece al área del Caribe. Por tal razón los desastres naturales que han ocurrido, ocurren y afectan al país como consecuencia de los cambios climáticos se pueden clasificar en:

a. Inundaciones por la ocurrencia de fuertes aguaceros.

b. Deslaves de faldas de montañas por la saturación hídrica del suelo motivado a fuertes aguaceros de gran duración.

c. Vientos huracanados durante las estaciones de lluvias, entre Junio y Noviembre.

d. Terremotos destructivos, por estar Venezuela ubicada entre la placa tectónica de América del Sur y la placa tectónica del Caribe (sistema de fallas de Boconó y San Sebastián, con mas de 2000 km de largo).

e. Marejadas con grandes olas por el paso de huracanes en el mar Caribe al Norte del país.

Los daños producidos son básicamente sobre los ciudadanos residentes de las diferentes zonas susceptibles a sufrir los eventos naturales mencionados, y los daños sobre los bienes muebles, sobre los inmuebles residenciales y de oficina, sobre las carreteras y puentes, sobre los puertos y aeropuertos, sobre las siembras, sobre las industrias, así como los daños sobre los servicios eléctricos, de agua potable, de gas doméstico, de comunicaciones tanto viales como de transmisión telefónica, de fax y data.

¿Venezuela cuenta con sistemas idóneos de prevención para todos estos desastres naturales producidos por los cambios climáticos?

Lamentablemente no para todos los eventos mencionados. Venezuela cuenta con Normas Sismorresistentes para el diseño de estructuras para resistir los terremotos, por lo cual está preparada para que sus edificios, puentes, represas, obras industriales, etc, puedan resistir los sismos moderados a fuertes, según la zona sísmica geográfica en la cual se encuentre la obra específica. Pero la prevención de incendio adolece de supervisión e implementación en las diferentes áreas susceptibles. Quizás la Industria Petrolera sí está preparada y organizada para atender eficazmente las emergencias de incendio en sus instalaciones, pero es una excepción cuando evaluamos el riesgo en otras instalaciones estratégicas.

Con los cambios climáticos producto de las emisiones de CO2 y el recalentamiento global, ha incrementado los huracanes en el Caribe, cuyas trayectorias han afectado levemente las costas venezolanas y algunas islas. Aunque para las construcciones contamos con códigos sísmicos exigentes, no se exigen las verificaciones de resistencias ante vientos huracanados de por ejemplo más de 200 km por hora. Claro, un edificio de concreto armado o de estructura de acero podrá resistir esos embates, pero los daños no estructurales pueden ser grandes y no hay pevención para ello especialmente para los techos de las viviendas humildes ubicadas en las costas del mar Caribe.

Tampoco Venezuela está preparada para marejadas con olas de mas de 6 mts de altura. Estos eventos no se conocían en nuestro país, pero con la aceleración de los efectos del recalentamiento de la tierra se han presentado recientemente estos fenómenos con cuantiosos daños a la propiedad y algunas pérdidas de vidas humanas.

No obstante Venezuela cuenta con un sistema integrado de atención ante desastres naturales, liderado por Defensa Civil, donde participa la Fuerza Armada Nacional, los diferentes Cuerpos de Bomberos, el Ministerio del Ambiente, el Ministerio de Salud, el Ministerio de Infraestructura y el Ministerio del Interior y Justicia a través de los cuerpos de seguridad. Las experiencias del deslave del Edo. Vargas en Diciembre de 1999, consolidó a todos estos grupos mas un inmenso grupo de voluntarios tanto nacionales como internacionales.

¿Qué hacer para prevenir y reducir la vulnerabilidad ante estos desastres naturales?

Lo primero que hay que hacer es evaluar los elementos de Amenaza o Peligrosidad, la Vulnerabilidad y el Riesgo ante estos eventos. Para ello es necesario crear comisiones multidisciplinarías para compilar datos y clasificarlos, ordenarlos y modelar las probabilidades de ocurrencia versus el tiempo Así se determinarán la Peligrosidad de zonas geográficas e islas, ante la ocurrencia de huracanes, marejadas, inundaciones, incendios, aislamiento de comunicaciones por carreteras por derrumbes, paralización de los puertos y aeropuertos, etc.

Con la determinación de la Peligrosidad de los eventos, los expertos pueden clasificar la Vulnerabilidad de las diferentes zonas y construcciones que en ellas se encuentran. Igualmente se pueden cuantificar los riesgos. Con ellos, se puede estudiar la manera de reducirlos a través de acciones concretas a corto, mediano y largo plazo. Esta tarea es impostergable y debe ser acometida por el gobierno nacional a través de las instituciones a quienes corresponde esa responsabilidad.

Las acciones de corto plazo deben ser implementadas a través de los gobiernos locales y regionales, con presupuestos específicos para disminuir esas vulnerabilidades. Las acciones a mediano plazo se refiere a la creación de normas nacionales y locales de obligatorio cumplimiento, así como la incorporación de aquellas viejas construcciones e instalaciones para que cumplan esas normas. Las acciones a largo plazo se refieren a los programas de investigación y desarrollo de nuevas técnicas para reducir los riesgos y las vulnerabilidades. Estos programas de investigación y desarrollo deben estar incluidos en los macroprogramas de las instituciones multilaterales dedicadas a estos menesteres, de tal manera que exista una reciprocidad e intercambio de tecnologías y métodos para estandarizar los métodos y unidades para poder atacar y resolver esos problemas con el concurso de varios países del área.

El cambio climático afectará cada vez más a los países más pobres del planeta, a pesar de que no son ellos los que han creado el problema. Los estadounidenses, por ejemplo, producen una cantidad de dióxido de carbono seis veces mayor que la media global (un 25% del total del planeta) pero disfrutan de un riesgo relativo significativamente menor de sufrir los efectos de su propia contaminación que el resto del mundo. Así lo desvela un estudio realizado por la universidad de Wisconsin-Madison, que señala la gravedad de un problema ético sin precedentes: nuestra forma de vida dañará sobre todo a los más indefensos. Mujeres y niños serán los que más sufran en esos países el impacto. Por Olga Castro-Perea.

El coste que para la salud pública supone el cambio climático será mayor en aquellas áreas del mundo que menos han contribuido a agravar el problema, lo que sin duda genera un grave dilema ético que el mundo desarrollado debe afrontar.

Esta es la conclusión que se deriva de un estudio cuyos resultados ha publicado la revista EcoHealth de la International Association for Ecology and Health, y que ha estado liderado por Jonathan Patz, científico de la Universidad estadounidense de Wiscosin-Madison y miembro durante una década del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC de las Naciones Unidas.

Los investigadores señalan que los efectos del cambio climático recaerán de manera desproporcionada sobre las partes más pobres del mundo, señala la universidad de Wisconsin-Madison en un comunicado. Pero no son ellos precisamente los que han generado el problema.

Nuestro enorme consumo energético está produciendo una gran cantidad de enfermedades en lugares muy remotos para nosotros, afirma Patz en dicho comunicado. Existen muchas enfermedades graves sensibles al clima, y que se transmiten con mayor rapidez y virulencia como consecuencia de nuestra acción sobre el medio ambiente.

160.000 muertes al año

Según declaró Patz en la revista Ecology and Public Health, los países en vías de desarrollo son más vulnerables al efecto del cambio climático que los países desarrollados. Esto conlleva un profundo problema ético, porque nuestra forma de vida y nuestras políticas energéticas están exportando indirectamente enfermedades a otras partes del planeta.

Patz y sus colaboradores ya lo advirtieron en el año 2005 en la revista Nature, en la que compararon las diferencias globales en lo que a vulnerabilidad ante las enfermedades se refiere debida a esta causa: el clima lleva cambiando desde mediados de la década de los 70 y este cambio podría haber causado ya una media de 160.000 muertes al año.

El aumento de enfermedades como la diarrea y la malaria en los países pobres, así como del hambre y de la desnutrición, estaría vinculado a elementos como la deforestación o la mala gestión energética de los países desarrollados.

Pero Patz advierte de que el problema no tiene porque permanecer lejos de nosotros para siempre, puesto que vivimos en un “mundo global” en el que las epidemias remotas de los países en vías de desarrollo pueden extenderse a nuestros propios países, por medio del comercio internacional y del transporte.

Las olas de calor de años recientes son un ejemplo de cómo puede llegar el problema hasta nuestra sociedad. En Europa, la ola de calor del año 2003 segó la vida de alrededor de 45.000 personas.

Un asunto moral

Con el nuevo estudio realizado por Patz, se empiezan a cuantificar científicamente aspectos del cambio climático que adquieren una dimensión ética. Y demuestra lo que, algunos especialistas, entre los que se incluye al Premio Nobel de la Paz, Al Gore, llevan argumentado desde hace algún tiempo: que la crisis del calentamiento global no es un asunto político, sino moral.

Patz ha cuantificado la dimensión ética del cambio climático midiendo las emisiones per capita de dióxido de carbono y comparando estos datos con la presencia de enfermedades relacionadas con el clima en las zonas más afectadas del mundo. Los resultados han demostrado un enorme contraste entre lo que padecen aquellos países que han provocado el cambio climático y aquéllos que sufren el impacto de éste.

Los estadounidenses, por ejemplo, producen una cantidad de dióxido de carbono seis veces mayor que la media global (un 25% del total del planeta) pero disfrutan de un riesgo relativo significativamente menor de sufrir los efectos de su propia contaminación que el resto del mundo.

Los cambios en los patrones de aparición y propagación de las enfermedades sugieren que el mundo desarrollado debe empezar a buscar soluciones equitativas que protejan en primer lugar a los grupos de población más vulnerables. Según Patz, “muchas de estas enfermedades sensibles al clima afectan a los niños. En el mundo desarrollado necesitamos reconocer hasta que punto nuestra forma de vida está imponiendo un impacto negativo a las naciones pobres y, especialmente, a sus niños”.

Mujeres y niños

Los mapas del estudio de Patz y sus colaboradores que reproducimos en Tendencias21, que publican la Universidad de Wisconsin-Madison, reflejan visualmente el problema: el de arriba representa el tamaño de cada país según su nivel de emisiones de CO2, mientras que en el de abajo el tamaño aumenta a medida que se incrementa el riesgo de padecer enfermedades derivadas (o empeoradas) por cambio climático.

De esta forma, queda claro que los que sufrirán más los efectos de una mala gestión energética y de emisiones de los países más desarrollados serán las regiones más pobres y desfavorecidas de la Tierra y, dentro de esas regiones, los niños y las mujeres serán los que se vean más afectados.

El estudio de EcoHealth alerta por otro lado de que las soluciones potenciales para los problemas de suministro energético del planeta exacerban negativamente el impacto del calentamiento global sobre la salud. En particular, el informe cita la generalización del uso de los biocombustibles, que podría ocasionar otros problemas, como la aceleración de la deforestación, que afectaría al suministro y a los precios de los alimentos, es decir, a los más pobres.